viernes, 5 de junio de 2009

La mudanza

Me encantaría decir que he tenido el blog olvidado porque he estado muy ocupado, pero eso me convertiría en un mentiroso. Debéis de tener en cuenta, que para una persona de mi capacidad lingüística e intelectual, escribir cuatro o cinco bloques de palabras es un ejercicio árduo complicado. A veces me quedo en blanco, babeando y mirando fijamente un punto negro en el monitor, punto negro que podría ser un píxel, podría ser un insecto diminuto, podría ser una mota de polvo, pero eso a los cinco segundos ya no importa, lo único que veo es el punto negro, y me puedo tirar así horas, y horas, hasta que el punto negro desparece y recobro el sentido.

Este último mes a sido un buen mes. Empezó con la mudanza de oficina, la cual me ha beneficiado bastante ya que la nueva está a diez minutos de mi casa andando. Bueno, lo de beneficiado es relativo, y es que este cambio de oficina me crea un dilema moral cada mañana bastante importante. Resulta que diez minutos andado es demasiado cerca como para pillar un taxi, es tirar el dinero, es moralmente incorrecto. Pero por otro lado, siete minutos es el tiempo justo para empezar a sudar como un gorrino, por lo que cada mañana paso puta al menos tres minutos. Cuando llego a la oficina lo primero que hago es estar unos minutos en frente del aire acondicionado ventilando mi camiseta.

La mudanza fue bastante graciosa. Resulta que la empresa nos pidió si podíamos ayudar a subir el material del camión de mudanza, porque según ellos había habido no se que error o historia surrealista, por lo que el camión llegaba en dos días y no tenían tiempo de contratar a una empresa de mudanzas, vamos, la típica historia que te huele a tufillo en cuanto la oyes, y más tufillo cuando tú mismo has hecho una mudanza privada y no has tenido problema en encontrar a alguien el día anterior.
Así que nada, allí estábamos los desarrolladores de videojuegos (como todos sabréis, estos seres no solemos gozar de ninguna condición física excepcional), un sábado por la mañana esperando a un camión de mudanzas. A cambio del sacrificio favor, nos habían prometido medio día libre y, ah!, que solo eran "cuatro sillas", por lo que el trato parecía justo.

Era la hora del desayuno, y en el justo momento en el que le iba a hincar el diente a mi recién hecha y jugosa tostada con mantequilla y miel, me informan de que el camión a llegado. Eso no me detuvo en absoluto, acabándome mi tostada y café con tranquilidad y paciencia, ignorando que lo que me esperaba no eran cuatro sillas.

Una oficina móvil. Eso es lo que era el camión, una puñetera oficina de dos plantas rodante. Cubículos, mesas, sillas (había sillas si, al menos no nos mintieron del todo), cuadros, plantas, y no plantitas de esas que decoran balcones y ventanas no, plantas mas grandes que yo, a mi nadie me dijo que tenia que hacer la mudanza de una jungla Malaya, pero allí estaban. Mientras subía una por las escaleras tenia miedo de que me saliera un mono de entre las ramas y me arrancara la nariz de un bocado.
A los cuarenta y cinco minutos estábamos todos echando el hígado por la boca y solo habíamos echo la mitad del trabajo. No he mencionado que eramos al menos veinte hombres, de los cuales solo tres o cuatro eramos capaces de trabajar a un ritmo aceptable, el resto un chiste, cosa que no tienen culpa alguna ya que su trabajo es pasarse ocho horas sentados haciendo click con un ratón. Para mi estuvo bien, ya que como todos sabéis, yo sigo la senda que me guía a convertirme en el hombre perfecto, así que esta era una prueba que tenía que superar, era un paso más hacia la perfección, y la pasé. Eso si, me lleve una de las lamparas del pasillo por el camino, subiendo la tabla de una mesa; que se jodan, hoy he visto que finalmente la han remplazado.

Total, que después de dos horas acabamos el trabajillo. Estábamos todos con un humor de perros, la compañía no tardo en saberlo, y al siguiente lunes nos reunieron a todos los que fuimos y nos ofrecieron un día completo libre y cien dolares por el trabajo. También nos dijeron que había habido un mal entendido y que no nos pidieron subir el camión entero. Yo me pregunto entonces quien lo habría subido, ¿el Tato?, porque allí no había nadie mas. En fin.

Mierda, me ha pasado lo del punto negro otra vez, han pasado diez y ocho horas desde que introduje la frase anterior.

También he tenido un poco de fiesta. Un sábado noche salí con la novia a tomar algo por ahí, en una discoteca nos encontramos con el marido de una compañera suya, así que nos invito a unirnos a la fiesta. Es un hombre bastante majo, y siempre me invita a un montón de whisky con té verde, si, whisky con té verde. Yo flipé cuando me lo ofrecieron por primera vez pero aquí es algo súper normal, no está malo, es como el whisky con agua pero con mas sabor a té verde. Repito, té verde.

Estaba yo brindando con este buen hombre cuando de repente siento un forcejeo a mi espalda, fue girarme y ver como una chica joven pega un guantazo en la cara a un hombre como veinte años mayor que ella, entonces, el hombre, ni corto ni perezoso le devuelve el guantazo. Yo me quedo mirando y me aproximo un metro, estático, observando cada posible movimiento y tratar de intervenir en caso de que la cosa fuera a mayores. De repente la chica se tira encima del pavo y este la aparta con un fuerte empujón, golpeándola violentamente contra la mesa, tirando varios vasos y alguna botella, en ese preciso instante, me dispuse a intervenir, cuando el buen hombre con el que estaba brindando me agarra el brazo y me dice. - No mires allí, mira aquí, brindemos! - Me autoforzó una brindada con mi copa y en ese corto respiro aparecieron los seguratas y pusieron orden. El chulo debería ser alguien importante en el local ya que cuando aparecieron los de seguridad no dejó de repetir esta frase, refiriéndose a la chica - Tú! A la puta calle! He dicho que a la puta calle! - Y los de seguridad le obedecieron cual manso perro adiestrado. Así que o era el dueño del local, o alguien que se deja mucho dinero todas las noches. (Mamá, no te preocupes, en ningún momento pase ningún peligro, tú sabes que nunca me mete en líos, un beso muy grande)

Nada mas interesante que contar de aquella noche, ni de otras, el resto fue bastante aburrido normal.

Ayer mi jefe habló conmigo en privado, me dijo que están muy contentos con mi rendimiento y que me han subido el sueldo, así, por la cara. Eso es algo a lo que yo no estoy acostumbrado, fue una sensación bastante agradable. El aumento de sueldo sólo ha sido algo significativo, es más, es de risa, hasta me echaron el discursillo de que debo de entender que aun no tienen beneficios y que no pueden ofrecer mas y blah blah blah, pero coño, que la intención es lo que cuenta, y yo no había pedido nada, yo estaba muy contento con mi sueldo, así que bienvenido sea.

Y hasta aquí mi actualización del mes. Espero que lo hayáis disfrutado, me ha costado veinte horas y mucha baba acabarlo por culpa de mi problema con los puntos negros, pero ha merecido la pena. Ahora me siento más conectado a todos vosotros, mis queridos amigos, y hace que tenga más ganas que nunca de haceros una visita. Una brazo muy grande, y hasta pronto.